Promover la crianza respetuosa a través de redes sociales: el reto que asumió @Alejandrarioscabo

  • En la era de la información y la conectividad digital, las redes sociales se han convertido en un poderoso medio para compartir experiencias.

  • Educar y crear comunidades en línea son algunas de las posibilidades que tienes al usar Internet.

Alejandra Ríos Cabo ha dedicado su maternidad a educarse en psicología infantil, neurología, pedagogía, crianza respetuosa y disciplina positiva. Su proceso formativo le sirvió para ser su versión mejor como mamá de dos niños y además, la empoderó para compartir estas herramientas de crianza a familias y educadores aprovechando su amplia presencia en TikTok (645 mil seguidores) e Instagram (163 mil seguidores).

El viaje hacia la crianza respetuosa comenzó con la búsqueda de una comunidad que comprendiera y respaldara su proceso como madre. Al no encontrarla, Alejandra decidió crearla por su cuenta. Como ella misma lo describe: "si no la encuentro, la creo". Sus publicaciones se convirtieron en un faro de experiencias, aciertos y desafíos, y la comunidad pronto se unió a ella en su búsqueda de información y apoyo.

De la mano de la creación y el fortalecimiento de sus redes sociales, Alejandra Ríos Cabo se sumergió en la ciencia detrás de la crianza y la educación infantil, confirmando que su instinto maternal coincidía con la crianza respetuosa de la que ya se hablaba de forma estructurada desde el punto de vista científico.

Esto la llevó a encontrarse frente a frente con una formación más profunda en este enfoque y se convirtió en una defensora apasionada de compartir la ciencia detrás de los nuevos métodos de crianza, rompiendo mitos y proporcionando a las familias, herramientas basadas en la investigación. Lo mejor de esto es que aprovechó las redes sociales, esas que muchas veces son tildadas como espacio exclusivo del ocio y del desaprovechamiento del tiempo, como su principal medio de comunicación para transformar no solo el presente de unos niños en formación, sino cambiando el rumbo de esta nueva generación a una encaminada a construir respeto y paz.

El sentido de responsabilidad ha motivado a Alejandra a tener un gran compromiso con sus seguidores y con el tipo de material que llega a sus redes sociales: "Yo verifico la información que comparto porque sé que las familias dependen de eso y además me ayuda mucho que gran parte de la información que yo comparto sale en mis propios procesos académicos y lo que voy haciendo es compartiendo lo que voy aprendiendo en la universidad", situación que además le permite reforzar los conocimientos adquiridos en el mundo de la academia, de forma dinámica y creativa desde una acción tan básica como aprovechar las herramientas disponibles en su celular.

Desafíos y beneficios de las redes sociales

Si bien las redes sociales permiten la conexión con personas de todo el mundo, Alejandra señala que también conllevan desafíos. Mantener una presencia en línea efectiva requiere un esfuerzo constante y compromiso con la creación de contenido casi diario. Además, se necesita paciencia y perseverancia, ya que la manera interna en que funcionan las redes sociales, puede ser compleja.

"Siempre trato de redirigir las conversaciones de manera amable y comprensiva porque es imposible que todos pensemos igual. Lo normal es que todos tengamos diferencia de opinión aunque pensemos súper parecido, pero trato de fomentar mucho que el diálogo no esté enfocado en probarle al otro que yo estoy bien, sino en que nos permitamos tener esas conversaciones donde podemos aprender, ampliar nuestra perspectiva, nuestro pensamiento. No es tratar de convencer al otro de que yo estoy bien sino encontrar qué de lo que me está diciendo el otro me sirve, qué puedo aprender del otro", explica justamente Alejandra a propósito del manejo de su comunidad en redes sociales.

Otro de los retos, indiscutiblemente, es la protección de la privacidad de su familia, factor prioritario en su lista de objetivos, pues a medida que su comunidad creció, también lo hizo su conciencia sobre los riesgos potenciales en el mundo digital, y lo hace cuando comparte información valiosa sin exponer detalles personales que puedan poner en riesgo a su familia.

"Por ejemplo, si voy a almorzar a algún lugar y quiero subir un video sobre ese momento, grabo el video y lo publico una vez que me haya ido de lugar. Entiendo que las redes son mi lugar de trabajo y son un lugar donde las personas van porque se sienten identificadas conmigo, porque les interesa aprender de lo que tengo que decir, me gusta que las personas tengan ese lugar seguro al que puedan llegar, pero así como es seguro para ellos también tiene que ser un lugar seguro para mí".

Estableciendo límites y evitando la sobreexposición

El manejo del tiempo en las redes sociales es esencial para evitar el agotamiento y la sobreexposición. Como mamá, Alejandra equilibra su presencia en línea con el cuidado de sus hijos y establece límites claros. Reconoce la importancia de estar presente para su familia como su prioridad más importante.

"Yo trato las redes sociales como lo que son para mí: una herramienta de trabajo. Hago mi proceso investigativo, educativo y creativo, soy juiciosa con los horarios que le dedico a cada cosa, con el tiempo que invierto en cada fracción del proceso y como tengo hijos pequeños, tengo muy claro que tengo que ser respetuosa con mis tiempos porque ellos me necesitan mucho todavía y eso me ayuda a ser muy consciente del tiempo que gasto y que tengo para cada parte específica del trabajo", cuenta Alejandra, quien encontró en sus hijos la motivación más auténtica de aumentar su productividad en los mejores tiempos posibles, para no perderse de grandes momentos con sus hijos que no van a volver. "Tengo que medirme muy bien en el espacio que tengo para trabajar, porque una vez esté con los niños, ellos tienen mi atención y son mi prioridad".

En resumen, @Alejandrarioscabo ha demostrado que las redes sociales pueden ser una herramienta poderosa para promover la crianza respetuosa y crear una comunidad de apoyo en línea. Su compromiso con la ciencia, el respeto y la empatía la convierten en una figura destacada en el mundo de la crianza respetuosa en la era digital. Su influencia perdura y sigue inspirando a padres y cuidadores de todo el mundo, mientras el número de seguidores, crece de una forma que cautiva poderosamente la atención de quienes se fijan en los números.

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