Mujeres Wounaan: rescatando saberes ancestrales en la lucha contra el machismo

  • El cortometraje 'Woun Ūūi - Mujer Wounaan' fue ganador en la categoría 'Mejor documental' en el festival SmartFilms 2022.
  • En el 'Día de la Diversidad Étnica y Cultural de la Nación Colombiana', el Ministerio TIC destaca la riqueza y diversidad cultural de las comunidades indígenas y las invita a apropiarse de las TIC para conservar su legado y saberes ancestrales.

Sobre la ribera del río San Juan, entre los departamentos de Chocó y Valle del Cauca en el pacífico Colombiano, se encuentra ubicado el resguardo indígena Wounaan Unión Balsalito. Allí, frente a la cabecera municipal de Docordó y en medio de la selva húmeda tropical, uno de los lugares con mayor biodiversidad del mundo, está la Institución Educativa David Gregorio en donde trabajan las docentes Jenni Cárdena Mepaquito y Magnolia Membache Tovar, dos mujeres indígenas Wounaan berracas y aguerridas que desde hace más de 10 años luchan cada día para conservar la riqueza cultural de su pueblo y empoderar a las mujeres de su comunidad.

En la foto: Mujeres Wounaan tocan el tambor

Estas valientes mujeres han logrado destacarse y salir adelante a pesar del arraigado machismo que desde épocas inmemorables ha marcado a su comunidad. Durante décadas las mujeres Wounaan han estado invisibilizadas y relegadas únicamente a tareas domésticas y artesanales, siendo discriminadas por los hombres de su propio pueblo.

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Las mujeres Wounaan se dedican al tejido y la cestería basada en la palma de werregue y chocolatillo, unas fibras naturales con las que elaboran todo tipo de artesanías; también son las encargadas de la siembra, el cuidado de los cultivos y la recolección de las cosechas, así como de la crianza de los hijos. Durante las ceremonias, tocan el tambor y entonan rogativas con cantos a Ewandam, su dios creador para que proteja a su pueblo.

En la foto: Mujer Wounaan tejiendo

Sin embargo, no es bien visto que una mujer quiera tener un cargo o posición de liderazgo en la comunidad; prueba de este marcado machismo es que hace muchos años se expidió una norma que impedía a las mujeres estudiar más de quinto de primaria, restringiendo su derecho a la educación y coartando sus libertades.

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Sin embargo, en contra de estas ideas y pese a las críticas, Yenni y Magnolia decidieron formarse profesionalmente y con mucho esfuerzo lograron graduarse como docentes. Caminaban largos trayectos en las noches para reunirse y poder estudiar a la luz de una vela y vendían sus artesanías para costear sus gastos, pero aunque estuvieran enfermas, no faltaban a sus clases.

Actualmente, la profesora Jenni enseña arte propia, es decir, todos los saberes ancestrales como la siembra, la labranza o el tejido, que aprendió de su madre desde muy niña y que son la base de la educación de su comunidad. Durante cinco años trabajó como voluntaria y fue profesora de diferentes materias debido a la falta de docentes, además ha sido responsable de la ampliación de la comunidad académica y de la gestión y liderazgo de proyectos para que las mujeres participen y demuestren sus talentos.

En la foto: Mujeres Wounaan preparan los alimentos en el resguardo indígena Unión Balsalito

Pero la historia de Jenni y Magnolia seguiría en el olvido de no ser porque Diana Duque, docente y periodista de Armenia, Quindío y quien vivió con esta comunidad por más de cuatro años, decidió visibilizar la situación de las mujeres Wounaan y usando su celular, dirigió, grabó y produjo el cortometraje 'Woun Ūūi - Mujer Wounaan' para participar en la categoría 'Redvolucionarias TIC' del festival SmartFilms 2022.

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A pesar de que el cortometraje no fue ganador en su categoría, el excelente trabajo y la gran historia de empoderamiento femenino de las docentes lo hizo merecedor del reconocimiento como 'Mejor Documental', logrando darle protagonismo a las capacidades y el esfuerzo de las mujeres Wounaan en su territorio, llevando un mensaje inspirador para que otras mujeres se empoderen y luchen por alcanzar sus sueños a pesar de las adversidades.

"Ser parte de este corto fue una experiencia significativa, una historia que estaba oculta y que está dándose a conocer ahora, porque las mujeres somos invisibilizadas y la gente tiene que saberlo. Yo he defendido a mis compañeras y siempre las aliento a estudiar y a prepararse, empujándolas para que alcen su voz", afirma Jenni.

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Para las indígenas Wounaan, una mujer empoderada es aquella que sabe defender sus derechos, que actúa y está al servicio de su comunidad, que lucha contra la violencia y que construye paz, tal como lo afirma una de las estudiantes de la I.E David Gregorio que reconoce a sus profesoras como un ejemplo a seguir: "En nuestra región no hay mujeres lideresas, gobernadoras o representantes de la comunidad en altas posiciones, estamos cambiando nuestro pensamiento para ser partícipes en nuestra comunidad y demostrar a todas las mujeres que nosotras podemos lograr lo que queramos".

En la foto: Diana Duque y Jenni Cardena sobre una canoa en el río

Por las aguas del río San Juan la profesora Jenni navega en una canoa de madera. Al fondo, entre palmeras y árboles nativos, se ven las viviendas de los Wounaan, palafitos elevados sobre pilotes de madera para protegerlas en caso de una creciente, la mujer piensa en la mejor manera para garantizar la pervivencia y riqueza cultural de su pueblo mientras en su mente retumba una y otra vez la misma idea: "las mujeres tenemos que apoyarnos y seguir en pie de lucha".

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